Translate

12/8/15



La feliz envoltura. Claro. La envoltura que una sociedad aprueba. Hay un dicho mexicano perfecto para definir cómo es que una sociedad nos hace esclavos de las envolturas: como te ven te tratan, dicen. No quiero ahondar (todavía) en las cuestiones de la percepción: cómo y qué percibes, de acuerdo a qué y desde qué experiencias, dependiendo de cuál situación geográfica, cultural o económica o de género. Pero la envoltura cuesta tanto como el estatus. La envoltura habla, es nuestro código natural. Hay artistas que dedican su vida entera a crear su envoltura, porque la envoltura es parte de su arte (dicen). Hay mujeres políticas que para sostener su carrera transforman sus rostros, rellenan sus labios, afinan sus cinturas a base de dolorosas cirugías, inyecciones y noches de tristeza eufórica en el gimnasio, inversión a la que suman vestidos de diseñador, maquille europeo, tinte para el cabello, extensiones de pelo artificial, lencería de encaje, zapatos y bolsos y perfumes. ¿Eso es la libertad? Supongo que algunos de ustedes están ahí, aburridos, leyéndome, intentando echar adelante a una familia de infelices y comprando a regañadientes cada prenda con la que saludan a sus compañeros de oficina, o con la que adornan a sus hijos o que su esposa usa en el cumpleaños familiar. Como te ven te tratan ¿Eso es la libertad? ¿Envolturas a cambio del desgaste del hígado que ennegrece desde el escritorio donde un jefe nos ningunea? O en el caso de las señoronas: una diputación, la dirección de un organismo de gobierno; o en caso de los artistas ¿más atención? ¿más aplausos? ¿más viajes para entrar a los salones saludando desde su artística envoltura como un producto inalcanzable? Me interesa la libertad, les había dicho. No desesperen. Para allá voy.  Y voy hacia la libertad que me interesa, y en esa libertad la percepción es un asunto importante. Ariel Vercelli sostiene que deberíamos "aprender la libertad" me parece un señalamiento preciso. Tenemos también que aprender a percibir sin suponer que sólo hay que sentarse y encender el monitor (conducta adquirida gracias a las maravillas antiguas del televisor). Esta red y este monitor son otra cosa: un red abierta que nace, crece y se transforma infinitamente, con participación nuestra. Nadie nos dicta una conducta; en este lugar la conducta la levantamos todos. No te preocupes, aquí nadie quiere reprobar a nadie y nadie quiere premiar a nadie. Si puedes suspirar, suspira.
La observación exhaustiva es un buen camino para ampliar la percepción. Aprender a aprender es necesario. Otra vez. Para allá voy. Y en un performance también es necesario usar el cuerpo, forzar al cuerpo, introducir el cuerpo completamente en la experiencia. Un performance no es sólo la escritura, el performance va ligado al cuerpo. El cuerpo es mío. El performance soy yo. Este lugar es la plataforma: la red infinita. Así que así comienzo: con mi cuerpo en el infinito. El cuerpo es lo que cuenta. Para allá voy. Pero primero, ejercitemos la paciencia. Ampliemos nuestra percepción. Observemos, exhaustivamente, las emotivas y satisfactorias envolturas que nos rodean. Y procuremos suspirar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.